Herencias sin testamento: qué hacer legalmente cuando no hay voluntad escrita

mayo 5, 2025

Cuando alguien fallece sin testamento: el reto legal de repartir la herencia

En México, la mayoría de las personas mueren sin dejar testamento. Esta situación complica la distribución de bienes entre familiares y puede provocar disputas que duran años. Conocer qué hacer legalmente en estos casos es esencial para proteger los derechos de todos los involucrados.

¿Qué pasa si no hay testamento?

Cuando alguien fallece sin dejar testamento, se abre lo que se conoce como sucesión legítima. La ley determina quiénes tienen derecho a heredar, siguiendo un orden específico.

¿Quiénes heredan en sucesión legítima?

  • Descendientes (hijos y nietos).
  • Ascendientes (padres o abuelos, si no hay descendientes).
  • Cónyuge o concubino(a).
  • Hermanos, sobrinos y demás parientes colaterales.

Pasos a seguir cuando no hay testamento

1. Tramitar la constancia de defunción

Es el primer documento para iniciar cualquier trámite legal.

2. Acudir ante un notario o juez

La sucesión legítima puede tramitarse por vía notarial si todos los herederos son mayores de edad y están de acuerdo. Si hay menores o desacuerdos, debe ser ante un juez.

3. Declaración de herederos

Se debe determinar oficialmente quiénes son los herederos conforme a la ley.

4. Partición y adjudicación

Finalmente, se reparten los bienes de manera legal y se registran a nombre de los herederos.

Problemas comunes en herencias sin testamento

  • Desacuerdos familiares sobre el reparto.
  • Ocupación ilegal de propiedades antes de concluir el trámite.
  • Confusión sobre derechos de concubinos o hijos no reconocidos.

Consejo clave

Contar con asesoría legal es indispensable para evitar fraudes o injusticias. Además, promover la cultura del testamento puede evitar muchos problemas futuros.

Morir sin testamento deja más que tristeza: deja problemas

No prever la herencia con un testamento obliga a los seres queridos a atravesar procesos largos y dolorosos. Por eso, aunque en vida pensemos que «todo se arregla», lo cierto es que la ley no entiende de buenas intenciones, solo de papeles claros.