La prueba pericial en juicios: cuándo pedirla y cómo aprovecharla

La prueba pericial en juicios: cuándo pedirla y cómo aprovecharla
En los juicios civiles, mercantiles, familiares o incluso penales, una de las pruebas más importantes —y a veces decisiva— es la prueba pericial. No todos los casos la requieren, pero cuando se necesita y se presenta correctamente, puede inclinar la balanza de un litigio. Sin embargo, muchos abogados y partes no saben cuándo usarla, cómo prepararla ni qué hacer con ella en juicio.
La prueba pericial consiste en la opinión técnica de un experto sobre un tema que el juez no puede valorar por sí solo. No se trata de una opinión cualquiera: debe ser clara, imparcial, con fundamentos metodológicos y debidamente admitida por el tribunal.
¿En qué casos se usa una prueba pericial?
La pericial se solicita cuando el caso involucra conocimientos especializados fuera del ámbito jurídico. Algunos ejemplos:
- Peritajes contables para determinar fraudes, estados financieros o movimientos irregulares.
- Peritajes en grafoscopía para verificar firmas o documentos falsificados.
- Peritajes médicos en casos de daños físicos, negligencia o custodia.
- Peritajes en informática para validar correos, dispositivos, bases de datos o ciberacoso.
- Valuación de bienes inmuebles, maquinaria o vehículos.
El juez no está obligado a saber contabilidad, medicina o ingeniería. Por eso se permite que un experto explique técnicamente lo que la ley no puede resolver por sí sola.
¿Quién designa al perito?
Ambas partes pueden presentar sus propios peritos, y también el juez puede designar un perito tercero en discordia cuando hay opiniones contradictorias. En todos los casos, el perito debe estar inscrito en la lista oficial de peritos del Poder Judicial o cumplir con los requisitos que marca la legislación local o federal.
Los peritos deben aceptar el cargo, rendir protesta, presentar su dictamen por escrito y, si el tribunal lo solicita, ratificarlo oralmente en audiencia.
Requisitos del dictamen pericial
Un dictamen debe contener:
- Identificación del perito y su acreditación profesional.
- Objeto de estudio (lo que se le pidió analizar).
- Metodología empleada.
- Análisis técnico con base científica o profesional.
- Conclusión clara, lógica y sustentada.
Un buen dictamen no es extenso por sí mismo, sino claro. Debe permitir al juez entender el problema, confiar en el método y valorar las conclusiones sin lugar a dudas.
Errores comunes al ofrecer prueba pericial
No justificar su necesidad
Si se ofrece una pericial solo “por si acaso”, el juez puede rechazarla. Se debe explicar por qué es indispensable, qué puntos va a aclarar y cómo influye en el fondo del asunto.
Ofrecerla fuera de tiempo
Las pruebas deben ofrecerse en el momento procesal oportuno. Si se omite, difícilmente se admitirá después. Cada tipo de juicio tiene tiempos específicos para ofrecer pruebas.
No preparar al perito
Algunos litigantes creen que basta con nombrar al perito y esperar el dictamen. Pero también se debe acompañarlo, explicarle el contexto legal, asegurarse de que se enfoque en los puntos correctos y que cumpla con las formalidades.
Presentar peritos no registrados
Un dictamen de alguien sin cédula profesional, sin registro oficial o sin especialización puede ser desechado por el juez, aunque tenga buena información.
Desaprovechar el contrainterrogatorio
Cuando el perito ratifica en audiencia, las partes pueden cuestionarlo. Muchos omiten este paso o hacen preguntas vagas. Esta etapa es clave para reforzar (o debilitar) la credibilidad del dictamen.
¿Qué peso tiene la prueba pericial en juicio?
La prueba pericial no es absoluta ni vincula al juez, pero puede ser determinante si está bien estructurada y respaldada. El juez debe valorar su calidad, imparcialidad, claridad y congruencia. Si el dictamen es sólido, puede inclinar la resolución.
En caso de dictámenes contradictorios, el juez puede:
- Dar más valor a uno si está mejor sustentado.
- Solicitar aclaraciones o ampliaciones.
- Designar un perito tercero imparcial.
¿Y si el perito se equivoca o miente?
Los peritos pueden ser sancionados si actúan con dolo, negligencia o falsedad. Incluso pueden enfrentar responsabilidad penal o ser excluidos del padrón de peritos oficiales.
Por eso es importante elegir con cuidado, verificar credenciales y vigilar su desempeño durante el proceso.
¿Cuánto cuesta una prueba pericial?
Depende del tipo de dictamen, la especialidad y la complejidad. Un peritaje simple puede costar entre $3,000 y $10,000. Otros, como los médicos, financieros o informáticos, pueden superar los $25,000, especialmente si requieren investigación de campo o análisis de volumen alto.
En algunos casos, si la parte no puede cubrir los honorarios, se puede solicitar que el tribunal nombre un perito oficial con cargo al estado (aunque eso reduce opciones).
Usar bien la técnica: clave para ganar
La prueba pericial no es solo una formalidad. Es una herramienta poderosa cuando se utiliza con estrategia: sirve para aclarar lo complejo, reforzar la tesis legal y darle al juez elementos claros para decidir.
Ignorarla, minimizarla o improvisarla puede dejar a una parte en desventaja. Pero cuando se ofrece con fundamento, método y oportunidad, puede ser el factor que incline la resolución a favor.